Un nuevo día.

Otro día mas de dificultad
soportando la agobiante ansiedad de ser uno mas.
Todo tan doloroso y asfixiante.

Deseando caer, deseando no tener
fuerzas para volverme a levantar.
Creía como todos ser un creador,
un escultor e incluso un escritor.
Pero falle ante sus ojos; ante mis ojos.

B

usque solución a los problemas de todos,
me olvide de los míos,
el café perdió el sabor y en su lugar el alcohol
era cada vez más placentero.
Perdí todo a los ojos del mundo,
no había nadie, no encontraba nada,
ya no había respuestas, ni siquiera las preguntas hacia falta formular.
El mundo era una cuesta abajo que cada vez
era mas difícil escalar, y yo con unas manos
tan frágiles, tan pequeña y delgadas de tantos intentos fallidos.
Creía que entre más ocasiones lo intentase,
mis manos serían mas robustas, mas aptas a esta vida,
y no, no era así el tiempo no ayuda, no ayudo nunca,
siempre y cada día mas difícil, el mundo esperado a devorarte de un solo bocado, deseando engullirte.

Primero se llevo mis sueños, mis deseos y anhelos,
y ahora que no me quedan más, me hace a un lado,
ya sin amistades que contar con estos flácidos dedos,
ya sin ambiciones que contar a luna,
suena un triste chillar del hombre que alguna vez fui.

El mundo grita, deseando robar la ultima chispa de mi mirada, deseando tomar lo ultimo de mis fuerzas,
e intento no derrumbarme,
quizá en el fondo una nueva vez encuentre un nuevo camino, pero parece que me miento.

Que acaso no sería más fácil desistir de una vez a caminar, al reír, al soñar, al despertar,
que continuar en este bucle infinito de desesperación.
Pedí a la vida un razón y me quito todas.
El dolor me desgarra, las lagrimas no paran,
y los recuerdos, oh esos dulces recuerdos, cada vez se distinguen menos.