TÚ Y MI SOLIDAD
Tú y mi soledad, sois
mi única compañía.
Ella a tí te necesita,
yo, aún más todavía.
Cuando llega tu ausencia,
¡que soledad más grande,
esta soledad mía!
Este cuerpo dolorido,
y pobre de cariño,
se ha acostubrado
a la caricia de la jara,
al beso de la zarza,
y al mimo del espino.
Se perfuma con aromas
de romeros y tomillos,
con florecidas aulagas
entre los verdes lentiscos.
Mi pensamiento recorre,
milímetro a milímetro,
el secreto de tu cuerpo,
oculto como el Santísimo,
en el sagrario del respeto,
en el templo del cariño.
¡ Te siento mía, mía !
Mientras mi hacha
desbroza el monte
abriéndose camino,
voy descubriendo tu cuerpo
con el hacha de los besos
y el hocino de algún verso
a ti debido.
Voy desbrozando botones,
y corchetes, y lazos...
sobre el raso, sobre el lino
de tu ceñido vestido;
para descubrir tu cuerpo,
un puro lirio divino.
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