TROTAMUNDOS


En un cuenta gotas sin fin el cáliz pletórico de sentimiento está. El trotamundos discierne su próxima estación, en sueños; su viaje hecho este a andar sin dar marcha atrás.
En su andanza a un fauno encontró… sin atención a la peripecia siguió, una vez más se marchó. Cuando el fauno a su nombre aludió: ¡Trotamundos ingenuo! No ignores la presencia de esta criatura del páramo; que con ansias esperaba yo… tu sonada llegada.
Rezumado este por llegar al final de su destino inquieto se despidió. Derrengado y en piezas este llego: molesto, cansado y sin vasta alegría y una vez más al fauno encontró.
No es la meta, es el camino; no son las olas, sino su presencia; no es el viaje, mas si la mirada; el fauno expreso.
En la esencia del trotamundos me he catolizado sin dar un segundo a disfrutar el sendero, no respirando ni en el instante en que desmayo, casi llegando a la meta sin gracia ha sido la experiencia.
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