TRIBUTO A UN ESCENARIO VACÍO
A un escenario en cuarentena de muchos días.
Cuyo talón contracturado, filántropo de misantropía.
Devastado tras la cortina ostracista de un arte.
Le lloraban los aplausos que en su trono lo tenían.
Le gemían a contraluz los glaciales que en los labios.
La invasión del abandono ya un talento lo estremecía.
Ya un tacón gustaba, la madera adoquinada en su anatomía.
Ya un elenco andariego en sus entrañas, fecundaba los palcos.
Y
congregaba el anonimato futil de su cochambre.
Autógrafos de un carmín sangrante, besos de actrizes exuberantes
disputándose sus huesos ahumados de memoria de cariátide divina.
Ya un escenario desposeído de barahúnda:
Anticuario elitista de máscaras punzantes,
Y voz del pueblo caliente, del poeta baluarte.
Tributo al escenario, tributo al poeta, tributo al arte!
Ya el escenario, partícipe de la anacronía que difunde
periplos y enseñanzas incommensurables,
que alfabetiza los templos del tiempo unánime.
Tributo al aljibe que lo transforma, parte por parte!
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