Tragaluces abiertos


Atavío indulgente,
congregada la rama desnuda
sobre el íntimo costado de la palpitación.
Suspirando, han asistido
navíos colmados del fuego en primavera,
y los carriles residuales del concilio azul
de vuestros ojos vertidos en mi adarga yerba.
Pabellones al descubierto,
El solsticio de un pasaje acompasado, estrecho;
que une a la nostalgia
de una mirada, de tragaluces abiertos.
Un perfume de blancas nubes
sosteniendo el encanto,
y acordes de violín formando coros
en medio de la inmersión.
El júbilo en presencia de los tiernos capullos,
la sonrisa albergada;
y el pasaje que avanza en un claro
de una sábana arboleada del tejido urbano.
Una hada y una historia
guardada la escena;
dormida en la utopía
en los jardines limonar de la memoria.
*
Septiembre 11, 2018
© 2018 Gabriela Ponce de León, La Dama Azul. Todos los derechos reservados

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