Suicidio de Arena

Era un dia como
cualquier otro,
Solía andar cantando a lo inusual,
haciendo al viento su coro.
Disfrutando de sus pensares,
haciendo malabares,
esperando y aguardando,
pulir entre sus manos el oro.
Sus ideas viajaban hacia algún paraje,
Y veía como volaban de un lado a otro,

majestuosas aves...
Ella recordando su voz,
anhelando salir a la calle,
tropezar con los paisajes,
devorando con presagios,
Algún detalle,
ante el encuentro
Con sus ojos.
Aguantar mirar sin querer hacerlo,
Tratar de no eescribir
o hacer estéril,
todos sus versos,
Manchar de gris,
los secretos de sus besos.
Romper recuerdos,
Y predicar sin sentir,
Lo que lleva en su mente,
Ahí latente, sin mayores frenos.
Esos momentos de aquellos
abrazos,
que se llevaba a su lecho,
haciéndolos eternos.
Es estar presos,
en el silenciado
Y cubierto Reflejo,
de un quebradizo espejo.
Donde ella de frente,responde,
Y Se pregunta,
se confunde,
hasta donde llega en esto,
Creyendo del amor y sus juegos.
Las cosas cambian en la vida,
puedes ver la.complejidad cuando se torna
una relación de
templada a fria.
Es asi como sentía,
que para el,
No era digna.
De lo que ella declama,
Mas sin embargo,
al abrigarlé el alma,
Quedaba algo atrapado
en mudo teclado,
De.un piano rojo y
aniquilado.
Y porqué desvistes a la.luz esa candidez,
que te hace ver
tan inocente y pura,
no malgastando
su tiempo,
Tomando de por si lo añejo,
aquietando el corazón,
ese que baila sólo,
Tan solito por amor.
Pero y qué
si no le.importas,
eres tan solo una nebula,
que opaca su brillantina,
Una fuente enflaquecida,
evaporizada en su misma sed.
No eres nada para el ,
Más que una sombra
que no se ve,
ni en la noche
y menos en el día.
Eres esa ppieza de ligereza enmohecida de grandeza
en su vida,
Como no comprender,
Que ya no significas nada.
Y al pasearse ella por la.playa,
lo vera correr,
entre las aguas turbias,
a través de esa arena y corrientes mustias,
Asi, Ella fue por el.
Pues le era nada
su rechazo,
le parecía normal su indiferencia.
Y descalzos sus pies,
fue hipnotizada por la marea,
Caminando hacia el,
ahogando para siempre su vida y su pena.
Llevándose su poesía,
hacia otra vida,
Una arena suicida
Asi en el terror,
para poner fin
a su obsesión.
Saltando sobre las olas,
Dejándose llevar y arrastrar,
por su esperanza rota.
Al abrir sus ojos bajo el agua,
lo vio caminar y poner sus manos sobre ella,
ya era tarde para el,
ella estaba muerta.
Pero su alma que le vio,
su sonrisa al negro velo,
aun en su imaginación despierta o dormida,
la eterna sonrisa le devolvió.