Sin título posible.

Entre calles obscuras y miradas nefastas, te inclinas y te apartas.
Viendo como se caen los sueños, son lágrimas grises rondando por tu mejilla.

Te sientas en la esquina a esperar la caricia de Dios.
Ya no hay tardes silenciosas, ahí esta el ayer con todo el bullicio.
Disparidad de gente pero al final no te encuentras con nadie.

A veces nuestros vacíos responden a una abundancia que pocos comprenden.

Estar sin sentir y vivir inventando excusas, restando la vida en ocupaciones poco importantes.

H

acía dónde se hunden los mares profundos. A donde empiezan mis días milagrosos?.

Que secreto guarda tu corazón cuando sumerges en calma y quietud tu alma de niño.

Hasta dónde podré despojarme de la nada que cargo y para cuando nacera la aurora palpitante.
Si esos labios que hoy rezan, mañana me mienten.¿ A dónde guardaré mi certeza?, dónde maldita sea perdí mi confianza!.

Con cruzar mil calles y un camino no basta para saciar esta sed de vampiro arrepentido.
Este sueño entre náufragos despistados buscando un salvaje destino.
Inventandole estrellas al universo infinito.
Arrojando piedras en pequeños charcos que hoy forman parte de mi mundo.
Inverosímil despedida.
Pisando tierras minadas excavó mis ideales, cultivo lo mejor de mí, expandiéndose mi ser en cada aliento que falta, con cada pedazo que doy.

A veces tal vez por tan remoto que sea, quizás dónde estoy es donde debería.
Quizás lo que soy es lo que yo debiera.

No estamos tan endeudados mientras el niño de antiayer todavía cree en nosotros. El resto que desconfíe.

Todavía compro certezas!
Si el tiempo es lineal, vamos hacia la dirección correcta empujando ilusiones montado sobre una esperanza tan fiero y tan potente como es el amor!