Sígueme.
Sígueme.
Sígueme cuando se callen las voces y las caricias se apaguen.
Cuando tus ojos me miren sin aquella luz y el frío se proyecte en tus poros,
Cuando nuestros labios dejen de curvarse y nos sobre un espacio entre nosotros.
Sígueme cuando ría y cuando llore
Porque me das tanta felicidad como tristeza,
Tanta maldad como bondad,
Tanta incertidumbre como seguridad.
S
Porque eres estrella en mi cielo de sábanas,
Eres volcán en las selvas de mi piel,
Y perfecta en las dimensiones de estas habitaciones.
No me busques porque no has de encontrarme.
Hábito en dimensiones desconocidas para ti,
Paramos insondables de los miedos humanos donde no llegan luces.
Es ahí donde tengo mi castillo y mi trono oscuro de leyendas muertas.
Se elevan los demonios como aves majestuosas, se sumergen como peces exóticos, y corren.
Buscan acólitos que se entreguen a mi divino castigo
Porque han dedicado su vida a la religión de sus placeres,
De sus ocios viciosos y perversos.
Es allí donde entra mi justicia; mi gracia; mi fe.
Porque no hay mayor propósito que el de la corrección del alma y su vacilación.
Es justa mi anhelación por que alcancen la perfección sin ninguna depravación.
Así es mi misión; ser una abominación para que ustedes sean una glorificación.
Conoce más del autor de "Sígueme."