Si la Décima Espinela...

Si la décima espinela
puede honrar a lo que es mío
honra pues a mi bohío
de bahareque y cañuela.
Honra también a la espuela
de mi gallito goajiro
que se alegra si le miro
cuando se enfrenta en pelea
con gallos de igual ralea
de igual pluma y mismo giro,

y

al perro que anda conmigo
entre el bajío y la sierra,
rebuscando en cueva y tierra
la presa para su amigo.
Hónralo, ya te lo digo,
como ha de honrarse a los santos,
entre rezo y buenos cantos
que en las fiestas patronales
entona el prieto a raudales
rogando aliviar quebrantos.

Pido honrar a mi caballo
(que lo crié desde potrico),
se para cuando le grito
y corre cuando me callo.
No me falla y no le fallo
y en camino culebrero
mete el pecho de primero,
como queriendo cuidarme,
del colmillo que ha de incarme
en mi momento postrero.

Has de honrar de buena gana
a la mujer que me espera
con el boniato en la estera
hecha de palma cubana.
Esa mujer es mi Juana
(al que quiera se le aclara)
la conocí en Villa Clara,
pasando Taguayabón,
en plena revolución
al mando del Ché Guevara.

De honrar a mi descendencia
no te olvides espinela,
de mi Magher, de Daniela
y el David de mi impaciencia.
No te nombro otra querencia
pues reservar he querido
el amor que ya perdido
encarna mi santa madre,
ya muerta igual que mi padre
la honra a Dios se la he pedido.​

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© Manuel Bastidas Mora
Venezuela