Sentado

Yo estoy sentado
y no digo nada.
Siento el invierno de la desesperación,
siento el tempo rítmico que me ve,
tan lejano como un soplo,
se va y me deja,
siempre se queda,
deja el suelo vibrado y mutilados los pies,
me baña una lagrima suya.

C

orre todo aquello que tiene alas,
corre frente a mí.
Mi cabeza está rota
pero no puedo recoger su líquido
no puedo dejar de creer.

Cada calle caminada se presenta
y con ellas todas las muertes que propician un humo denso.
Las muertes corren porque ya no quieren volar
las muertes ya no quieren hablar,
no quieren verme pasar con luz en la cabeza
ni con el yugo en el corazón.

Me separa la boca la muerte y se asoma al sonido,
al hilo purificador y distante,
desdibuja la silueta del silencio,
y crea el color.
Yo estoy sentado y no digo nada.

Flavio Portillo Tinoco