Sellaste mis labios con besos
Quise explicarte por qué deje de vivir la vida.
Quise decirte por qué regresé a la apatía.
No me dejaste,
sellaste mis labios con besos,
fuego abrasador que me reanima.
Me deje llevar por el torbellino de tus caricias,
al despertar –amor- me sentí de nuevo vacía,
sola, sin salida por tú pronta despedida.
Derramé lágrimas amargas,
no vieras mi debilidad y recelos,
mi tristeza infinita.
Me cobije en el recuerdo de los lapsos plenos,
felices a tu lado, segura y alegre en tus brazos,
palabras de amor susurradas con pasión,
eternidad de gozo siempre a tu lado.
Descuidé el ensueño
y me atrapó el abrumador silencio,
la impotencia, el desanimo,
el desconcierto de tu ausencia,
el abrazo de mis miedos.
¿Qué pretendes vida?,
retenerme en el dolor y la añorancia
de su presencia amada, retornada.
No encadenes mis bellos recuerdos
al sufrimiento de su no estar,
estando en mi corazón
por infinitos tiempos.
Que todo con el es amor
en presencia y con recuerdos,
sopor que de nuevo vuelve
a envolver mis momentos
Maria Cruz Pérez Moreno
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