Se vende veneno en besos
Tras el rostro mustio, de quien las señales ignoró, bordeada por luces de Neón, parpadea la inusitada promoción “se vende veneno en besos”.Para cubrirse la soledad, permitió la caricia, sellando así el contrato de las culpas que no terminan.
Embaucado por amores con precio marcado, define el dolor como impuesto a pagar por el amor, cuando es la ausencia del amor, quien socava inexorablemente el brío, así son los negociantes lerdos, nihilistas ante la responsabilidad propia, pusilánimes por convicción.
Oferta nefasta de besos, firmada y aceptada la esencia mortal que convirtió sus labios y corazón en eriales, que arremete desde el recuerdo, soberbia y punzante, torturando en el nervio. Si no hay olvido, no hay cura, no hay atenuantes si el mal no se reconoce, parece una condena que traspasa el horizonte, mucho más allá de la recta lejana.
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