Las cosas que no suceden.

Pues bien, cómo te decía querido amigo, las cosas que no suceden, las que están pendientes, las que duelen porque están ausentes; no son sus besos, no son sus
labios delgados ni su pelo. Tampoco es el color castaño de sus ojos, ni sus pestañas postizas que tan bien llevaba a diario. Claro en cualquier momento me hubiera sentido atrapado, y pensar que es todo eso pero, no. Sé que no soy tan complejo de pensamiento, es más, te diría que soy, más bien práctico, si el color dicen que es negro, está bien, es negro. Si la fruta está madura que más da, esta madura, no hay problema pero, dónde si lo hay, es en sus pasos que se fueron, en sus labios suaves que ya no existen, en el color de su pelo que no conozco y en mis manos que se rompen los dedos por buscar el calor que guardan de su suave y cálido cuerpo ni en las pláticas sin importarnos que transcurriera el tiempo. Pero en las voces suaves que surgían en el lecho, es ahí donde se complica todo, todo se vuelve rancio, las caricias que pongo en otro cuerpo, los besos que van a dar a cualquier boca, los pensamientos que ya no tienen forma.
Así es querido amigo, con pesar se va apagando la sonrisa que alguna vez adornó mi boca, el calor que se disipa en cada paso a pesar de los muchos que voy dejando tirados por doquiera, es ahí donde las cosas que ya no pasan me llenan de desespero.
Si, sé que si alguien me ve pensará que soy un loco, que solo charla con el espejo.
Estrato de "Amor de un viejo"
Ciudad de México, 22/10/2022.
Falstaff.