Elusión
Venid a mí,
las arenas de un mañana;
tras la primera exhalación.
Bajo el cielo ámbar
el gran lienzo dorado,
renueva de caricias el cuerpo
con el beso del fuego abrazador.
Sois Oasis.
y las suaves cuerdas del laúd.
El valle inhóspito del viajero;
y la sustancia extendida
del innato.
¡Cuánto os confiné
dentro de cada subsistencia!
Ésta abstinencia del torso desnudo,
hacia la inmensidad de sus paisajes
donde el sol no se posa.
La balsa de aceite
distanciada del brocal,
en un palabra entre el calor y la sombra.
Y el silente en ocasiones furioso clama,
un tono de virtudes;
por debajo de la luna beduina
al letargo de dunas.
¡Cuánta ambición
en la peregrinación presente!
Al sol de oriente,
que no sacia al infinito
en un solo grito.
Hacia las noches
cubiertas por el polvo fino,
y las ruinas del cansado descuido.
Sois el hadj que alimenta la sustancia;
como un grano que se mezcla
entre el frutos secos y especias.
Detrás cada nuevo latido
el espíritu es atraído al ciprés,
lleno del deseo
que es humedad y elemento.
Saldré de mi piel,
en esta tarde que ya no es solo mía;
¡es más del cielo que se extiende!
…elusión del oriente.
Autor: Gabriela Ponce LS
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