ROSA TRISTE

Moría la tarde de dolor en tus ojos
Y tus labios frios, me dieron su adiós,
Cuál una limosna de Amor, yo recojo
El eco tan triste qué deja tu voz.

Un sudor helado, se ganó en mi alma
Yo me quedé mudo sin saber qué hacer,
Mi pulso, mi aliento, mi zozobra sin calma
Velaban mi pena, temblando de frio, ese atardecer.

L

evanté mi vista, la llevé a ese Cielo
Pregunté al Supremo, si él no quiso ver,
A esa Rosa Triste yaciendo en el suelo
Y porque mi mano, la dejó caer.

Tu senda y la mía ya tienen destino
Marcado está a fuego, por obra de Dios,
Tan solo nos prueba, así es nuestro ·sino·
Verás que la vida..,. ¡ Sonríe a los dos !.

PLATINO