“Rehenes de mentiras.”

“ Rehenes de mentiras.”

En la espesura fértil del abismo de tu agonía,
se cuajan en tus ojos las medias verdades,
complemento directo sin verbos auxiliares...
Alelíes de invierno fustigados por el viento,
asoman en el blanco amarillento
por detrás de tus pupilas;
embadurnando con el barro terracota
los azules celestinos de la angosta cordillera

entre pestañas, que destapa
la Pandora de todas tus mentiras.
Corres tras los días de tu falacia vida
y te conviertes en el propio rehén
de tu Síndrome de Estocolmo...
sangra tu sonrisa por las comisuras de tus labios,
como la mala vid que se avinagra con los años.
Se cuelgan de tus vértebras las pesadillas
de tus noches, como las lágrimas
que penden de los sauces en la Avenida.
Te carcomen las historias inundadas de “pecado”
y; te aferras en orfandad
a las gastadas cuentas del rosario.
El miedo nauseabundo te muerde los pasos
y te asusta el ser mutante,
que habita el lado oscuro en tu regazo.
Embotellaste los verbos y encorchaste los adjetivos
y; como alguien más en este mundo
protagonizas en vano lo común de un sustantivo.
Contempla erguida mi alma de caminante,
la tragedia de un invierno imperecedero,
en una obra que se gesta a telón cerrado,
terminando sin emoción y sin aplausos.
AC.