Recuerdos sin consentimiento

Esta es su historia, 18 años recién cumplidos, con mil ideas y pensamientos, bailando entre risas y sufrimientos, viviendo en su inocente mundo universitario.
Si una niña podrían decir algunos, una mujer diría otros, y sin embargo su cuerpo crecía, más ella no lo veía, su mente seguía correteando por los pastos, pero realmente caminaba en las calles de la ciudad.
Muchas veces pensaba como usar la falda rosa diminuta que le regalaron, ¡Que hermosa se ve!, le dirían, pero la sombra que le acompañaba murmuraba para sí, cosas que no entendía.
Llegaba a su casa- el lugar más seguro, pensaba- y las paredes escuchan y veían lo que la sombra murmuraba, más ella entre risas ignoraba.
Cada día más bonita estaba, tan joven y tan linda, le decían, más ella no entendía.
Un día la sombra murmuro y murmuro, y entre risas, el engaño apareció.
Se borraron las sonrisas, se borraron los pensamientos, pero aparecen cada noche, aparecen sin llamarlos. Una noche de engaño, sirvió para que aquella sonrisa, tuviera dentro de sí sombras que le acompañarían en su soledad, un dolor en su alma, que dicen que duelen más, que el mismo acto sin consentimiento.
Ella no entiende el porque, ella solo tiene recuerdos sin consentimiento.