Receta para crear un poeta depresivo, frustrado y lleno de emociones negativas

Rebanas sus sueños en finas rodajas,
sasónas con lagrimas sus noches eternas,
agregas larvas de putrefactos ayeres,
desplumas sus alas y le atas cadenas.

Hierbes en aceite su seguridad,
pones en licuadora su valentía,
retiras la piel y le agregas la sal,
introduces su mente en baño María.

A

gregas pétalos de rosa para amar,
semillas de café para sus desveladas,
pan de muerto para su antigua vida
y jugo de limón para sus cortadas.

Lo haces enfriar en aquella ventana,
a mirar el mundo del que no forma parte,
oliendo el aroma de su locura;
¡Te sirves un plato y disfrutas del arte!