QUERIDA MASCOTA
QUERIDA MASCOTA
¿Por qué estás a mi cuidado? ¿ Ha sido el amor de abuela?
O quizás la consecuencia de formularnos preguntas, que hacen que al nieto le duela
Tu presencia en la vidriera sin esperanza ni norte.
Mudo testigo y consueta de años meses y semanas,
Me miras tras el cristal indagando por el mundo y amordazando tus ganas
De tumbar los fríos muros y gozar de la corriente.
S
Y calculan el momento del tan ansiado alimento que mis manos te prodigan,
Agradeciendo el encargo de cuidar de tu existencia.
Sutil diseño geométrico, que Dios regaló a unas vidas
Alternando sus colores… unas partes son bien duras… otras suaves y escondidas
Estampada cual mandala de asombrosa perfección.
No intentas contradecirme sobre el agua de tu casa.
Sabes que solo intervengo con mirada muy humana y una intuición algo escasa,
Al aplicar con ternura, criterios que no domino.
Ansiosa esperas que Antonio, en su amor tan importante
Venga de visita y traiga, la dosis tan necesaria de alegría desbordante,
Para luego conformarte con la rutina trazada.
Socia, hermana y habitante del mundo al que me conecto
Siento fuerte tu presencia, que hoy claramente interpreto
Como manifestación concreta, de una fuerza superior.
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