Privilegio de mis labios

Viviste tu vida privilegiada,
Abriendo mis piernas,
Para tu dinero lujurioso,
Y mi pena buscaba la salida,
Entre luces de lamparas,
Y guillotinas ensangrentadas,
Que vestían el agua,
Como mi menstrualidad.
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Y, aun así,

Clamo tu nombre,
Cuando sujeto entre mis dedos,
Los restos de mi cama,
Que hunden mi melancolía,
En cada impulso,
Que hundes entre mis nalgas.
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Imagino tu rostro,
Cada vez, que diseño un nuevo cuerpo,
Recogido entre luces de neón,
Que me invita a un cigarrillo,
Por mi soledad,
Y la necesidad de ser amada,
En menos de 30 minutos.
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Quiebro mi razón,
Con la intención de poder,
Olvidar para siempre tu rostro,
Hundiéndome mis labios,
Entre una nueva polla.