Oda al misterio.
Mi hechicera, mi maga, esa que en las noches de luna llena, llega como un haz de luz a mi cama.
Cuando los lobos gritan y los sonidos de la noche nos abrazan, entre sortilegios y conjuros, vas recorriendo con tu lengua el caduceo hermético que palpita entre tus manos.
Tu piel suave y aterciopelada recorro con mis manos alguna vez humanas, los globos tibios se mueven en cadencia mientras mi lengua tibia los recorre en calma.
Abro mi grimorios humano y contempló el misterio de la flor en el volcán, mientras tibia lava recorre de apoco por las columnas de fuego que ansioso tomo para mí.
La noche se convierte en sabana y los dos con furia loca nos entregamos al misterio, el velo de ISIS es razgando una y otra vez mientras la manzana es arrancada del árbol primordial.
N
Lexur.
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