Ramera

Pueblo chico, infierno grande.
Solo éso has conocido deambulando
por las calles.
Cada cual da su opinión,
todos saben de tus males.
En desamparo caminas, no conoces ternezas nunca supiste de padres.
¿En infancia, quién fracturó
tu inocencia? Nadie hubo
en éste infierno que protección
te ofreciera.

¡Solo te utilizaron como trapo
que no siente!
¿Quienes decidieron tu camino
no sería la docencia?
De miserias o tus penas
nunca te preguntaron.
En niñez te reprendieron,
al crecer, te censuraron.
Abrazos, no conociste
pero si, aquellos que subyugaron.
Pobrezas, humillaciones
fueron el pan de tus días.
Cada dama de aquel pueblo
de ti tenía su opinión.
Jamás se preocuparon
de escuchar tu corazón.
Los pudientes del poblado
ésos si te visitaban.
¡Te dominaron sus puños,
y dejaban sus cochambres!
¡Te llaman débil,
la fulana, la remera!
Para mi, eres fuerte,
eres casta, eres pureza.
Fuiste lo que pudiste,
mas aún cuando supiste
¡que yo venía en tu camino!...