Óbice
Arrogante demora de armonía;
entorno de causas fragantes
en su falso aspecto, cual viento que bebe.
Todo óbice agudo
es ahora una torrecilla casi destruida;
cubierta de inscripciones agonizantes
apiladas, cual obras de arte.
Temblando van las oceánicas aguas,
de los ciclos vencidos.
Un aspecto mordaz;
cataratas vertidas para un fin, consumadas;
surgidas del hambre desolada.
Misterio calesita que gira lejano;
extraviándose en los campos nocturnos,
separado de cualquier criatura viviente.
Dando paso al eco latido,
quién se reviste de terciopelo y brocado
al contacto del rocío matinal.
Recuerdo pasado, vos fuisteis
amigo, inspiración y letargo…
No me arrepiento aún de haberos amado.
Osadía amor que se transforma
para hallarse pleno;
y con ello, nos obsequia
la promesa del olvido.
*
Mayo 17, 2017
© 2017 Gabriela Ponce de León, La Dama Azul. Todos los derechos reservados.
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