Nueva oportunidad


Miradas de amor,
penetraban su mente
escudriñando profundamente
pensamientos inherentes.
Con cabizbajo semblante,
y mirada escurridiza,
escondíanse sus ojos
de la mirada fija
que tenía su fiel amigo
¿Pasaría por su mente
las veces que falle,
al negar la amistad
que un día juré?
No puedo evitar
verle sufrir:
¡Por mis pecados
decides morir!
Al salir de la cena
que en comunión celebramos
antes, lavaste mis pies
polvorientos y desgastados.
En el Monte de los Olivos,
juré plenamente,
que no te dejaría:
¡aunque viniese la muerte!
¡Qué palabras vacías,
hoy retumban mis oídos
pues con desdén negué
a mi mejor amigo!
Tres veces injurié
al cantar aquel gallo
a Quien se convirtió
en mi Salvador amado.
Al igual que Simón Pedro,
hoy puedes pensar
que la falta más grande
el no puede perdonar.
Para eso murió Jesús,
confiésale tu error
y con corazón arrepentido
recibe su gran amor.
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