Nuestra Casa

De estaras pero tan fuerte Como el sueño de cada uno
tan pequeña como las escusas de no seguir más.
tan grande para correr, para Jugar esconderse del efectivo madero
lijado de papá que nadie sabía dónde escondía.
Aquella casa del techo tantas veces remendado,
de incontables goteras culpables de los desvelos
de mamá. Aquellas paredes que cubrían nuestras
comidas que mamá se ingeniaba, tan deliciosas.
La de los chicos ruidosos e incansables que
en las noches alrededor de la única vela del barrio

esperaban a mamá ansiosos con el agua ya hervida
en la cocina improvisada en nuestro amado patio
a ver que nos trae.
La de los niños de una sola cama, tan apretados
Changayos y abasayos como decía el negro pero tan felices,
la casa de la fiesta de Carol tan preparada para la ocasión, la casa más linda
desde nuestros ojos.
Aun se escuchan nuestras risas, peleas y reconciliaciones, aun esta mamá
Llamándonos a almorzar o a hacer la tarea,
aún están los niños corriendo, son otros los nombres pero
es la misma sangre, es otra la madera pero es el mismo hogar
acogedor y caluroso que siempre nos espera de vuelta.
La casa donde volveremos a juntarnos para brindar y baylar
y por que no para jugar también en nuestro viejo patio trasero de casa
de nuestra bella casa.

Por: Danny Hernandez Fasanando