No quiso estudiar.
No quiso estudiar.
Prefirió quedarse
con su abuelo Antonio
y labrar la tierra,
y criar añojos,
y sembrar con grano
la besana tierna.
No quiso estudiar,
pisando rastrojos
y contando estrellas,
cuando de regreso
se le hacía de noche,
llegando a la huerta.
“-Que mira muchacho,
que esto está muy malo,
que no hay porvenir,
que aquí poco queda;
dolores de huesos,
sudor y pellejo
y manos vacías
en las faldriqueras”.
No quiso estudiar,
prefirió quemarse
su torso desnudo
sudando en la era,
y por la mañana
sentir el rocío
que empapa la hierba.
Quiso endurecerse
con los vendavales
y con las tormentas,
con el frío de enero
y el sol de la siesta.
“-Estudia muchacho,
vete a la ciudad,
que mi hijo te espera,
él quiere que llegues
donde otros no llegan,
que tengas cultura,
que seas, como él dice,
hombre de carrera”
Y Juan que lo escucha
mirando a la abuela,
giró la cabeza
y con voz se severa
le dijo a su abuelo:
“-Seguiré en tu casa,
segando ,regando,
labrando la tierra,
cuidando el ganado,
pescando el domingo,
viviendo contigo,
cuidando a mi abuela”
Antonio Nogales Benítez.
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