Nicotina
Ya pasan dos meses sin tí...
Voy en la línea cuatro.
La medianoche, salió mujer
en la madrugada de hogueras.
Tuvo que verme peleando.
Y debe estar triste como yo
de vuelta hacia su cama,
porque el rimmel de sus pestañas,
se ha corrido en la fachada
de la azotea donde estuvo.
E
Como sombra; como luz;
como mudez en el cuarto.
Debajo de la pila
que hice al volcar las cajas
del trastero en la memoria.
Yo me quitaba el Invierno;
la Primavera y el Verano,
para dormir junto a ella
desnudo como Otoño;
como los árboles sin plumas
que ya no flotan al aire,
pero tampoco se queman
con el mechero del termómetro;
ni aún te conocían.
Tu amor es una inmobiliaria.
Me alquilaste un corazón
de apartamento, en un ghetto
con las vistas al paraíso.
Y ahora, cada barrio
tiene una facción de tu alma
en cada calle que paso,
porque me has deshauciado
pero yo aún no me he ido.
Eres como un cigarrillo,
porque te estoy dejando
aunque no me dejes dejarte.
Y me alivias el ansia
con que yo mismo te ansío.
Y si te pruebo, mi pecho
me toca al timbre latiendo.
Y mi sueño es el insomnio
de un taquicárdico metrónomo
que discute conmigo.
Si tú, que me estás leyendo
ves los gritos de mi alma
en este arte menor,
piensa en la voz que te los narre
con el mayor de sus ruidos.
Deseo aullarte furioso.
Yo quiero vomitarte,
como si hubiese bebido
una botella de absenta,
y tú fueses coma etílico.
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