Que Daría

Tu boca de azafrán y leche fresca
aroma el precipicio donde vivo,
descuelga el recuerdo de tus besos
la sombra de este amor y su capricho,
con el me voy por los caminos
silvando como un viento primitivo.
Y estan de vejetales los domingos
cargados de negros nubarrones,
en los ojos, la memoria ríe ausente
cuando la noche anochece por el monte.

Tus manos cansadas de seguirme
destejen la bufanda del olvido,
ya no quedan gestos en el aire
se han roto los últimos caminos.
Por retenerte un instante yo daría
mi alma toda y mi pobre vida,
por retenerte un instante amada mía,
qué daría amor, yo que daría