Nada serio.
Si no me voy es porque me esperan,
porque esperan que esté en el cumpleaños de mi hermana,
porque ella lo espera.
Porque mi madre no soportaría el frío,
las venas sin pulso, no lo aguantaría.
28 años y solo polvo sostengo,
mis manos agrietadas no retienen el agua ni la tierra,
las raíces no se hallan en mis manos.
L
El veneno que corre por mi sangre.
Enfermo, lo que toco lo enfermo,
quisiera de esa piel sanadora que cuentan en los libros,
esas lágrimas que enjuagan heridas, que lavan los pies.
Pero las flores se queman con mi vista
y yo solo que quería llevarle unas a quiénes me importan.
Enfermo, lo que hablo lo enfermo.
Solo me queda lengua para enmarañar palabras,
para decirle a un mundo que voltea, que ignora:
Aqui estoy, sigo aquí, aunque no sé para qué.
La muerte nunca ha dejado de rondar por esta escena.
La muerte que me guiña un ojo.
La muerte como madre, como arrullo:
Ya no sufras mi niño, ven a descansar.
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