Moniello

Parecido a un monte
de Venus asexual,
con rápidas sacudidas
de pendientes escarpadas
aserradas a bosques
perennifolios cantando
soliloquios amonolo-
gados por el cielo
permanente con sus
aires de princesa
toalla reflejado a la
orilla entre piedras y
verdín.
Ésta es más jovial y que
bajo el buen punto de
vista de una alegre orquesta
veraniega arenosa e imperfecta
animalada asalvajada
respetada por el peso de las
carnes empapadas goteantes
de expresiones sonrojadas
y entumecidas por las
lenguas habladoras
mutiladas por palabros
coloquiales y de fácil
comprensión.
Mil ochocientos veintidós
pisadas cada segundo
por fragmentos interesados,
sexualizados en más de
una o dos sentimientos
e impurezas fomentados
todos, sin ningún signo
de puntuación apreciable
que detenga sus impulsos
más animales asalvajados.
¿Pero es que acaso ves
tu en ellos una pizca de maldad
o de no saber hacer?
No confundir las pasiones,
facultad o costumbre
que acostumbramos
a creer. Porque no es
natural evitar nuestras
pasiones, mecanismo
a respetar;
la libertad es nuestro
único dictador,
apresador de la costumbre .
De ahí es todo.
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