EL VIENTO TE BORRÓ

Miré al cielo y vi tu cara dibujada entre nubes de algodón.
El viento te borró, así sin más, con un leve movimiento.
Con un suave soplido le bastó para llevarte al infinito,
para esconderte en el lugar que tanto busco,
sabiendo que es tu hogar.
Ahora me pregunto si vives en el viento,
si acaso esa brisa que te borra te retiene.
La misma que un día te robó y me impuso tu ausencia.
No se si odiarla o recibirla, si esconderme
o cerrar la puerta cuando llega.

No me gusta, no me agrada,
pero un día te borró allá en cielo y no sé si estás en ella.
No siempre puedo engañar al viento que te borra.
Cuando salgo al encuentro de las olas te reclamo,
te busco con ahínco, te llamo y te provoco.
A veces vienes.
Es entonces cunado entiendo lo que pasa.
Te vi dibujado en la cresta de una ola entre blanca espuma.
Otra ola te borró, te llevó con ella al inmenso azul.
Ahora sé que está en todas partes,
que no es el viento quien te borra,
que no es la ola, si no la ausencia la que hace que te vayas,
que vuelvas a venir y te muestres a mis ojos,
en todas partes y lugares,
en lo más profundo se mi ser
y entonces me recuerdas que estás allá,
en un lugar de las estrellas,
escondido detrás del infinito,
esperando al viento,
cabalgando olas,
escondido en el infierno que es tu ausencia.

A mi padre
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