Mirada Altiva
¡Qué acerba y locuaz es tu mirada!
Qué impía me resulta, ¡desdeñosa!
¡Qué fugaz y ponzoñosa!...
¡Cuánta sed de sangre!...derramada.
Vistes altiva y errática fachada,
En el blanco cénit de águila dorada
Sucumben tus presas, inocuas, vanas,
Al amargo cáliz que esparcen tus alas.
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Quizá tu suerte y la mía,
Muden su sino siniestro?...
¿No has de saber que es bien cierto,
Que no hay nada eternamente
Que no mute de repente, y
Desgarre tus anhelos?
Sé que me sientes con odio…
Que tu corazón lodoso,
Me desprecia y regurgita…
Sé que tus labios descaman
El tul de la seda egipcia,
Y a los lirios más hermosos
Los deshojas con espinas…
¡Oh, náyade errada y mustia!
¡Oh, calavera maldita!
Tus encantos se deshacen,
Se dispersan tus cenizas,
Desvanecen tus beldades y céreos
Tus huesos quiebran y
Crepitan en la pira…
La pira de las verdades…
La verdadera enemiga
De tu enhiesta gallardía…
¡De tu gallardía altiva!
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