Mi yo interior es mi peor enemigo
Casi me ahogo en mis propias lágrimas,
lágrimas cuya culpable tiene nombre
Sara, esa chica cuyo corazón cubierto de escamas,
es impenetrable.
Me quedé seco, deshidratado, medio muerto
sin ganas de vivir, ni morir, sin ganas de nada.
Esa chica que rompió mi corazón en pedacitos,
pedacitos de amor, felicidad, orgullo, bondad
Puede que sólo sea su amabilidad
pero a mi me dejó el corazón sin maldad,
y ahora se marcha, sigue su camino,
el camino que forjó con sudor y lágrimas.
Sin su sombra a mi lado, camino sin rumbo cierto,
camino porque mis piernas deben hacerlo
pero no dejo de mirar atrás, a un pasado
donde mi protectora estaba a mi lado.
Por eso digo que ni me siento muerto en vida,
peor, me siento un muerto con vida, una vida
llena de dolor, angustia y sosiego.
Pero siempre seré consciente de que,
mirando al cielo, da igual éste donde esté,
su cálido recuerdo me acompañará hasta el fin de mis días.
Sara, espero que te guste este poema, porque no es solamente lo que mi corazón quiere expresarte, es mi alma rota en pedacitos, la que quiere hablarte.
Conoce más del autor de "Mi yo interior es mi peor enemigo"