MI VENEZUELA

Así como bandidos golpeas a mis hijos, con tus ínfimos deseos de poder no mides el daño a provocar.
Nuestra patria Venezuela se convierte en un festín de carne para hienas con las alas del demonio dominando a tus incrédulos sin pensar en el daño que ocasionas en las familias. A nuestros hijos les merman los genes luchadores, aquellos que heredaron de sus antepasados. La hora de la verdad de Dios se acerca, tú y tus secuaces han de temer y será poca aquella que sintieron nuestros hijos torturados y agonizantes defendiendo sus sueños por una patria mejor, donde el expresarse no sea castigado, el pensar diferente no sea causa de opresión, donde vivir dignamente no sea visto mal y donde ser rico no sea pecado para el comunismo, porque solo los que son de tu círculo tienen derecho a vivir holgadamente, pero nuestros hijos de Venezuela no tiene ese derecho en el comunismo. Se acerca la hora de la justicia, aquella que claman las madres de los que luchando por sus derechos se han ido y su clamor será escuchado por el justo de los cielos, no tendrán sitio donde esconderse ni refugiarse pues él alcanzará tu escondite, para el Dios todopoderoso nada es imposible. La calma y el triunfo de la paz llegará y todos alabaremos al SEÑOR pues él no se olvidó de sus hijos venezolanos, que desde esta patria escuchó el clamor de los corazones justos, de esos venezolanos que en este momento luchan por una VENEZUELA MEJOR PARA TODOS.