A mi padre
Mi querido viejo no te turbes,
El señor te ha llamado
Para tenerte cerca de él.
Has partido
En un inesperado silencio nocturno
donde el cielo encendió la luz acogiendo tu alma.
Te ha liberado de las túnicas de dolor que cubrían tu cuerpo,
En un viaje al infinito
Tu madre
Hoy te acuna en su regazo que tan niño perdiste
Cuando sus caricias quedaron ausentes.
Ahora en el cielo estas de fiesta,
Tocándole al señor tu música
Haciendo bailar las teclas y bajos del acordeón.
Has partido ayer y ya te extrañamos
Nuestros ojos nos delatan,
Tu recuerdo nos saluda.
Ahora estas tan lejos
Pero tan dentro de nuestro corazón
Que no existe la distancia que nos separe de ti.
Aquí estamos tus hijos, esposa, nietas, nieto y nueras
Despidiendo tu cuerpo en esta triste partida
Con el dolor que nos embarga y el consuelo que nos abraza.
Padre mío
No estés triste porque nos has dejado,
Has cumplido con llegar al final del camino.
Descansa en paz
Pues tarde o temprano
Algún día llegaremos donde ahora tu estas.
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