MI MANO, TU MANO...

Entendí, Señor, que las pruebas más difíciles nos unen.
Cuando ocurren catástrofes como la de Valencia,
el horror inevitable de la devastación en minutos,
el dolor azotando desprevenidamente,
llevando pertenencias, sueños y vidas...
cubre de negro y gris enlutando al corazón humano.
Pero entendí, recién, viendo al pueblo valenciano en socorro,
en procesión magnánima, pródiga y empática,
caminar como uno solo, cargado de agua potable, víveres,
y por sobre todo, hermandad hacia el que sufre,

que la Humanidad salvará a la Humanidad.
Dentro de tanta tristeza, tu mano amorosa se extendió una vez más...
Tú pusiste al hermano junto al hermano, como debe ser.
Como nunca debiera dejar de ser.
Somos uno! Hijos del mismo Padre Creador!
Aunque en estos tiempos nos han dividido,
ninguneado, esclavizado y adoctrinado.
Gloria a Dios, Padre Poderoso, que reúne a la familia humana.
Que por sobre tanta pena, brilla la luz del ser humano en su esencia.
Llegue a la distancia, desde mis palabras,
mi solidaridad a los valencianos y España toda.
FE, hermanos!
El Padre no nos abandona.

NOTA: imagen tomada de la web

05/11/2024