Menos es más

Menos mal
dejé una puerta con vista hacia el mar...
Ese fue el primer destello y el último del baile
en que se coronaron los peces
y me faltaron aletas, por ser muy tiburón.

Así fue despegando
la angustia y la miseria
en mi clan de aletas izquierdas.
-Ahí te ves, campeón -Blasfemó

mi alma sucia
con licor
y zapatos viejos.
Menos mal, tuvo la lluvia
un limpiaparabrisas de jabón.

Mis sandalias desesperadas,
mi antifaz de cartón,
mi bote de alquiler prestado,
todos huracanados hasta el precipicio de los ahorcados.
Y no faltó un ventilador para darme oxigeno
cuando le abrí las cortinas a la puerta.