Love

No querrás vivir con un hombre inexpresivo, sin ninguna idea que defender, sin ninguna inclinación religiosa, política, conceptual, sin objetivos, sin propósito, sin saber del porqué está vivo, en sí, sin ninguna pista de su miserable existencia.
De la misma forma con la mujer, no querrás vivir con una mujer inexpresiva, apática de sus sentires, sin ideas que defender, pasiva de sus ideologías e intereses, sin que puedas expresarle tu sentir y permenacer impávida como una figura inanimada. De ser así es preferible arrojarse a las llamaradas de las profundas soledades, a la espera de al menos una verdadera alma, pero no un alma común de entre las multitudes, sino un alma poderosa, feroz como a menudo describen al Dios del antiguo testamento, pero igualmente dulce y sereno como el mismo Dios hecho carne, a decir el Cristo.