Los obeliscos

Cuando descienden los obeliscos
es cuando salgo a tu encuentro,
lo primero que deseo de ti son tus manos
te preguntarás porqué?
porque es la única vía en que
se crea un vínculo cercano.

El espeso olor del azul me abruma, sé que aquí no pertenezco, entonces, porque me quedo?, a menudo no soy consciente de lo soberbio, por ello,
Maldita mi suerte!, me arrastro a los túneles indiferente
pensando que hallaré una cara nueva, una voz nueva y un espíritu diferente,

Pero siempre es la misma merma, las atípicas conductas predecibles, ahora me resultan en desagrado y hasta cierto punto repugnantes
yo mismo me siento repugnante!.

Creo que no somos muy conscientes del poder que tienen las energías que nos rodean, pero hasta este punto es mejor arrancarse el brazo, antes que todo el cuerpo sea arrojado al abismo, al incendio eterno