Lo poco que dura un cigarrillo encendido

Qué ridículo es imaginarte dando solo un soplido
de aquel humo, que como tu nombre, desgasta mis entrañas.
Es absurdo pretender creer que tú me extrañas
si de antemano sé que eso no tiene sentido,
que la noche avanza tan fugaz como un latido
y que aun no estando a mi lado, me acompañas.

Pues con ese mismo humo creo tu figura, aun inalcanzable
aunque la paseo antes por mi boca para no sentirte lejos,
puedo hacerme el tonto y evadir el hecho de que sea solo tu bosquejo

el que en verdad poseo, para luego convertirlo en algo irreemplazable
y admitir que el hecho de que te anhele es algo innegable
porque solo con encender un fósforo, en la llama veo tu reflejo.

Y te dibujo con un cigarrillo al exhalar cada bocanada
mientras por un momento te retengo en la garganta para que no te borre pronto el viento,
aunque allí ya se encuentren estancadas las palabras que expresan lo que siento
aun queda un espacio por si te deseo más y no te digo nada,
al igual que en mi bolsillo hay otro cigarrillo por si no me correspondes la mirada
o por si busco olvidarte en el transcurso de la noche pero los minutos pasan lento.

Y te recreo acostado en el sofá mientras observo el fondo del vacío
deseando que vinieras a quedarte solo una noche en mi habitación tan desolada,
me llevo las manos al rostro y siento que sin tus besos mi boca está helada
y me doy cuenta, amor, que es mentira que fumar nos quite el frío,
que me canso de los días y prefiero refugiarme en el hastío
pero allí también me encuentro con que entre los dos nunca sucede nada.

Aun así, busco sentirte, aunque eso implique tan solo imaginarlo,
entonces me hago a la idea de que realmente quieres recorrer mi cama
que respondes a mi voz y a esta fantasía que te llama
y que soy tan solo uno con tu cuerpo, que realmente deseas acercarlo,
pero luego veo que se acaba el cigarrillo y que tengo que apagarlo
y es ahí cuando me salgo del ensueño en donde creo que me amas.

Puede sonar a una excusa, pero quizá si no fuera por eso nunca fumaría
ya que puedo evocar tu rostro entre todo el humo esparcido,
puedo imaginar entre suspiros lo que entre nosotros nunca ha sido
e idear un utópico futuro con lo que tal vez sería,
puedo evadir la realidad, hacer de cuenta que eres mía
al menos en el poco tiempo que dura un cigarrillo encendido.