Lo esencial de la vida
¡Me enamore!
¡Si!, me enamore de la vida, de cada suspiro del viento, cada roce de la lluvia y un pequeño beso del sol, pero también de una vida de retos, anhelos, tropiezos y lecciones cruelmente aprendidas.
Fue amor a primera, segunda y tercera vista, cada día, cada minuto, sin importar mi estado de ánimo o situación, siempre me enamoró cada día más.
No siempre fue así, pero hoy puedo decir que me declaro perdidamente enamorada ¡Sí!, pero de metas, travesuras, errores, risas, llantos, de esos lugares que te dejan huella, esos amaneceres solitarios, o mirar por la ventana de un bus e imaginar sin fronteras, mientras se gasta el tiempo para llegar.
No lo dudo, me enamore de un café entre encobijas, una charla exótica con mi madre, un chiste de mi abuelo mal contado o un pleito con mis hermanos.
Y cada día me pierdo más en esa locura llamada amor por la vida que puede estar en un libro, una grata compañía, una madrugada de estudio, un placentero sexo con amor o solo deseo, (si dije sexo, no es un tabú, creo que puedo decirlo si alguno se identifica), o simplemente un buen inicio del día con apetito.
S
Si lo sé, de esos momentos únicos e inesperados, o de aquellos perfectamente planeados, pero cada uno formando una parte de mi eterno amor.
Así es, no estoy enamorada de un Él (por ahora), que satisfaga mi felicidad, sino de la vida y de quienes están en ella, porque mi soltería de un cuerpo físico, pero casada con vivir la vida, es una elección de vivir un ahora, cumplir mis metas, y ver lo positivo del momento, (si yo sé, nada es perfecto, pero lo imperfecto solo tiene dos letras iniciales demás).
Atte. Katherin Vargas
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