Las camas de la muerte
I
Hay camas que vuelan; son tan profundas…
Son tan olor a jeringa que aburren.
Entre el existir y la muerte hay cortinas diminutas
Lloro a chorros sin lágrimas
S
Y hay un ascensor que nadie sabe a dónde va
Aquí los enfermos ya ríen, y en la oscura noche mientras las pesadillas avanzan montan a caballo, juegan como sirenas sin mar.
II
Dentro de mi hoy habita una soledad amarilla
Dentro de mí ser se abren las compuertas del dolor al ver como descalzos llegan los ancianos al paraíso
Me desprendo en pedazos
Me quito poco a poco la carne y, mi vestidura la doy como ofrenda a los dolidos
Quien lo sabe también sufre
III
En sus brazos, bajos sus arrugas encuentro libros con cuentos
El largo recorrido
El rol incansable
Mujer de miel y de hierro en ti vivo, una vez mas lo digo.
En ti se refugian mis más oscuras tristezas.
De ti me apego
No quiero dejarte llorar
Tu dolor es mi dolor
Mi sangre también es tuya
Y aunque a kilómetros se encuentre nuestro hogar no hay más comodidad que aquí, en el centro de nuestros corazones
Aquí, donde duermen nuestros niños felices.
IV
No sabía que amar era tan profundo, tan profundo como tus abrazos
Hoy solo quiero que nos confundamos como aquellos días en donde tu vientre era tan mío y mis manos tan tuyas que parecíamos uno
Y así somos, como las aves y el viento
Juntos en la eternidad.
Abrázame vieja no dejes de entrar en mí en esta hora
Ya no hay candados en mi ser, ni vigilantes que en la madrugada aburran con sus sermones color soledad.
V
Cuerpos blandos
Sentimientos sin forma
Me ahogo
Hay alguien que puede auxiliarme, pero se ha ido
Hay quienes traen mucho más dolor a estos seres
Tienen ojos de sangre
Corazones de acero
En los pasillos brotan raíces
La señora del alcohol huele a bondad y a dinero verde
Es mi cuaderno un escudo
VI
Los huesos se quiebran
Los puentes se caen
Las mujeres van muriendo de cáncer
No hay tiempo
Son tres ellas; pobres mujeres
Llueve dentro de nosotros
Las tumbas se abren
Niños en la ruleta rusa
Esto es muerte sin poesía
Son las camas de la muerte las que nos llaman
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