La noche abrió sus ojos...

La noche abrió sus ojos,
tiritantes como las estrellas,
al persuadirse que yo te quería,
y también al darse cuenta que yo te amaba.

El silencio hizo un vago eco,
de leves y tenues murmullos,
y el viento gimoteaba, al abrirse paso
por entre los árboles.

m

is ojos te miraban,
preciosa desde la planta
del pie hasta el alma,
y la noche oscura, cedía
el paso al despuntar el alba.

El tiempo pasaba;
y en mí no sentía su paso,
pues tu presencia parecía detenerlo,
incluso a la luna su ocaso.

Y bella te mostrabas tú,
siempre bella, en tu límpida
piel morena, y tu sonrisa
y tus negros ojos grandes.

Durante pasaba el tiempo,
insistente preguntaba: ¿me amas?
y tu respuesta siempre fue la misma,
"mientras yo exista arderá en
mi corazón esta llama"...