La marea

Cercano al muelle
la nave que emprende
recorre nostálgica la hora,
sobre la suave cordillera
en su oleaje lapislázuli.

Bajo la tenue lluvia
que en bruma oscurece el atardecer,
pareciera que os he visto
doblada la esquina

La impronta…
Cautivas melodías de espuma
sonámbulas rompiendo riberas,
entre aromas de sal.

Y a la distancia
redactasen poemas en botellas naufragios
surcando altas olas,
que golpean fragmentos de rocas.

Anubarrado el horizonte,
la embarcación se encauza
donde sopla el viento norte,
aguardando acantilada la melancolía.

A través de ondas, cerúleas filigranas
incendian la trama de toda misiva;
dividida la idea que vaga inquietante,
el en recuerdo de un puerto viejo
que inútilmente silva.

Albatros cubren la húmeda arena,
y en su lecho estrellas de mar, perlas y algas
adentradas al inmóvil silencio,
atesoran un santuario a la deriva.

Allí, entre suspiros la eterna memoria;
de tal forma, que cercana a la inmensidad
surge arrojado en la ribera
el espíritu agobiado, fugitivo e inundado.

« ningún ángel en su bóveda celeste,
ningún demonio debajo del océano,
podrá jamás separar mi alma »

Así, resumida la promesa,
la marea del empeño tenaz
navega en el viento que sopla,
y en su murmullo intimo narra su plegaria
gradual, casi extinta, pero eterna…
ϴ

Fondo musical: Michele McLaughlin-Lament

Julio 25, 2023
© 2023 Gabriela Ponce- La Dama Azul
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