La llama está encendida

LA LLAMA ESTÁ ENCENDIDA

Silencio, un cuento...
Hace tanto frío en el páramo embarrado
bufa brío el viento que llega, y la lluvia no me ayuda
no luce el sol ni más radia por mí
alcanzándome los truenos en el páramo empapado
relámpagos y estruendos, todos pegan espectrales
avivándome los ruidos en el tálamo enterrado
así ennegrece mi carne de pobreza baladí

sepultada por un beso.
“Su cabello, más rojo que el color y sus ojos celestes, más aún que los piélagos del mar, sus labios... ardían paraísos. Unidos al temor de medianoche la besé en la ilusión, y la luna brilló sin necesitar al sol y el océano se alzó sin un viento mistral”.
Hace tanto frío sin mi alma carmesí
me cortejan las tinieblas de princesa turbadora
¡Belisa! Por un beso ya no lato, tan lejos de ti
sin embargo, aún reflejas en belleza encantadora
mientras pudro en el páramo enterrado.
Me escarban las aladas criaturas, agarradas a los huesos
¡Deprisa!, antes de que alcancen a mi boca
Belisa ¿dónde están tus besos?
“Mostré un respeto ancestral digno de caballero cual yo no era, temblaba por eso ante el padre de Belisa, enamorado de ella. Se izaba el fuego, y los vientos también, así prendíamos los dos. Sin ángel conocido ni ánima celestial, mi corazón se abrió por la daga de su padre”.
Los demonios sientan tan bien
sepultado en sus olimpos de antigua llama
funden mi alma, corazón y daga
volveré a Belisa en un ósculo inmortal
y las flamas de ese beso quemarán eternas
en diablos y diantres.
Las damas de la muerte soplan vida
¡Belisa!
La llama está encendida.

“Cuentista 2023”.