La despedida

Tus mejillas casi puedo sentirlas
otra vez,
un recuerdo pasajero
lleno de suave
adorable
nube de felicidad,
pero
algo se ha deteriorado
y a la vez me ha fortalecido,
atarvesaré la acalorada noche

siendo fuerte y afortunado,
bendecido por haber rozado
la riqueza
el clima adecuado
que me has proporcionado
que sentí a tu lado.
Miro atrás
para recordar el camino que he dejado,
para volver a sentir
y vivir el tiempo dorado
Ni el sol podría
superar tu iluminación,
la que he vivido
compartiendo
este rato contigo.

Como un condenado sin sentencia
vivo en el paso de los astros
y al imaginarlo
detengo el hasta luego
la madera que me separa
de tu cuerpo.
Cojo tu mano
lo más delicado
la alzo hasta tu rostro,
donde te acarico
con la llema de mis dedos
y siento un sinfín
de acontecimientos.
El mundo de ambos
ha oscurecido,
el sonido de nuestros latidos
acompaña el estruendo de nuestros bocados
que chocan,
como un mar con sentimientos de pasión
como dos meteoros en colisión
de la forma más hermosa.
Es un espectáculo de amor
el fin de la guerra,
el comienzo de una nueva era,
un mundo libre de malezas
se acabó.

Quizás algún día
me ponga mi armadura
me vista para la ocasión
estudie mis versos para la gran batalla,
la acción,
el miedo a la perdida
de nuestra relación,
quizás algún día no te despida
por tu nombre,
aunque me encante.

Poder llamarte mi vida
algún día
y sueñes con mi presencia.

Ojalá no te pida perdón,
ni te desee lo mejor,
sino decirte
buenas noches mi amor.