Indastrante grisaceo.

Todo enmascarado, alargando la tela fina y gruesa y mientras en la tranquilidad de lo aburrido y sosegado momento y mientras el espacio parpadea y titubea indeterminadamente sin apenas fuerzas o magulladuras.

La caída de letras y el frío y mientras que yo sentado, tranquilo, susurrante, enmudecido, sobre-tras una hilera acristalada y pálida, goteante y silenciosa.

Con las luces apagadas amarillas en los faros en mi frente y con suma belleza, «sencilleza», circulando durante-mediante el tiempo esta vez.

Hace mucho mucho frío en la carretera de enfrente, en un cuarto piso del norte, en una ciudad desconocida.

Fumo un gato negro con las manos y sin hacer mucho ruido.