I AmEnd

Tan de antaño es la tristeza en nuestra mirada,
un arroyo que vierte y vierte
sin secarse en el corazón,
solo mermado por el fugaz verano de alegría.
¡Oh! Congoja compañera de la sonrisa,
naces como chispas de las brasas
para pegarte a la piel
tan sensible sin quemarla,
solo para recordar tu existencia.

S

iento el tiempo
como se desliza por mis cabellos,
cual viento que lleva, que trae
mil voces con gemidos y carcajadas;
yo me sigo predicando a mi mismo
la inexistencia del mundo,
cobijado por penurias tan viejas como la soledad,
ya no camino, ya no me arrastro,
cierro los ojos y espero el olvido.

Ya no cuestiono lo divino,
nunca creo en la suerte,
no formulo supuestos,
no concibo mas ideas.
Solo siento algo que llaman presente
con la taza de café llena y vacía,
lo mas real que el circulo del destino me ofrece,
mientras bebo y vuélvese a vaciar…

Es una maldición
que las respuestas sigan pariendo preguntas,
que “sus” verdades sean aceite en mi agua;
sigo, sigo el remolino de nada
llevando a la relegación
lo único que conozco,
este gris espíritu
que se niega a comer mentiras
para vivir y tener sonrisas fingidas.

¡Give me something to believe in!
Porque no han tenido equilibrio:
La provisión de zozobra y abundancia,
de tristeza y alegría,
llanto y consuelo,
sueños y realidad,
frío y calor,
Cielo e infierno…
¡ MALDICIÓN Y BENDICIÓN!
¡I AmEnd y Amen!