Hora Gris

Entre el día y la noche se fue.
Con un suspiro y una larga pausa
en el traspatio nocturno
de una agonía degollada.
El gélido beso
de su alma callada
mutiló mi alborada.
¡Cuánto dolor y zozobra desbocada
en un mar de lágrimas,
dónde la esperanza exiliada está !

Desgarro que despierta mi locura
aprisionando en mis manos
su cuerpo inmóvil
en el esfuerzo imposible de revivir
el pecho tan amado.
Todo es en vano. A pesar de la esperanza,
un puñal entrando en el alma,
la sin razón asfixia mi mirada,
un último destello en sus ojos
terminó sus horas.
Me carcome su mordaza.
Decreto un crimen.
Han matado mi historia
y mis pasos se hacen agua.