Esa rosa

En el campo fresco de la vida,
mis petalos, buscan agua para mantener gallardía,
mi espalda es firme, pues al verla purifica el éter con su sonrisa,
quiero enamorar esa rosa, de por vida,
oler su piel mojada por la lluvia, saborear su jugo lima.

Toco sus raíces, escribiendo bajo la tierra,
letras salen buscando tinta nueva; vuelan con el viento, atravez de las abejas,
recolectando el néctar que endulza mis tejidos, cómo humano
al sentir sus movimientos, crea en mi sentimientos,

Colonias flor naranja, bañan sudorosas,
cada esquina, pero... esa rosa crea diluvios en mi cuerpo,
al sentirla cercas, sus tallos rozan,
mi corazón añejo.

La he visto llorar, botones primavera,
Yo recojo sus latidos expulsados por amor, que sepultada dejan.
Gotas de sangre perfuman mi piel, al cortar los cables de mi ser,
muero al ver cómo sufre, pero el suelo mezcla a mi, su rojo fiel.
Mi alma es de hombre, mi cuerpo a la naturaleza pertenece.
Ahora he renacido con valentía, con sabiduría, yo quiero tenerla siempre,
regarla con pasión, con olor al manantial , a este amor que siento flotar,
en las esquinas de mi cueva, en el fuego de la madera,
y en esta espera infinita volando a mi pecho por tener, cada parte de su clima.

-Juan Diego kammler